Las investigaciones científicas sobre la práctica del arte marcial indican que ésta produce efectos psicosociales diferentes (y mayores) a las producidas por otras actividades físicas. Aunque todos los deportes pueden promover el bienestar psicológico, los procesos y efectos no son los mismos en artes marciales y en otros tipos de actividades físicas. En uno de los estudios científicos se comparó la práctica del karate con la de footing y la de pesas; se encontró que una sola sesión de footing o de pesas ya reducía la tensión y la ansiedad inmediatamente después del ejercicio, algo que no pasó con la sesión del karate. Los efectos positivos del karate se producen a largo plazo, pero son superiores a los de otras actividades en cuanto a estabilidad, diversidad y tipo de beneficio: se ha demostrado que existe una relación inversa entre grado (cinturón) o tiempo de práctica y ansiedad, agresión, hostilidad y neuroticismo, y una correlación positiva entre tiempo de práctica y autoestima, autocontrol, independencia y confianza en uno mismo. Es decir, la práctica del arte marcial reduce los rasgos negativos y aumenta los rasgos positivos de la personalidad. También reduce emociones negativas como la rabia y el sentirse vulnerable a una agresión o ataque. Otros estudios incluso hablan de que la persona se vuelve más relajada y emocionalmente positiva (más empática).
Estos efectos positivos no son una consecuencia de la actividad física implicada en el arte marcial, sino de los otros aspectos del entrenamiento. Parece que el sistema de aprendizaje que se usa en el dojo, el entorno y la influencia del sensei es muy importante. En otra investigación se compararon las tendencias agresivas de los alumnos de diferentes escuelas de artes marciales; se encontró que en las escuelas en las que se practicaban estilos “tradicionales”(enseñanza de técnicas junto con meditación, respeto, etc.) la agresividad de los alumnos disminuía y su auto-aceptación aumentaba más que en las escuelas que tenían un enfoque más “moderno” (predominancia de técnicas de lucha y combate).
El Sensei también juega un rol importantísimo en el aprendizaje: actúa como un modelo de rol. ¡Un instructor agresivo producirá alumnos agresivos! Está claro que el arte marcial debe ser mucho más que patadas, puñetazos y proyecciones: el efecto positivo sobre el funcionamiento psicológico y psicosocial depende de la forma en la que se enmarcan las técnicas.
“Fuente:www.entrenakarate.com”
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